Por Rosa Campusano
En agosto de 2002, motivada por el prestigio que siempre ha acompañado al Instituto Politécnico Loyola y animada por su amiga Elizabeth Sosa, Ana Hilda Benítez González dio sus primeros pasos en esta gran familia. Llegó como docente de nivel primario, sin imaginar que Loyola se convertiría en el lugar donde crecería como profesional y como persona.