El Nivel Secundario del Instituto Politécnico Loyola (IPL) celebró su sexagésima séptima graduación, en la que entregó a la sociedad 220 nuevos profesionales técnicos formados en los 11 títulos que ofrece la institución. El acto, realizado el 1 de noviembre en el Auditorio Mayor, contó con la presencia del ministro de Educación, Luis Miguel de Camps García-Mella, quien pronunció el discurso central.
La ceremonia comenzó con una oración para encomendar a Dios a los nuevos graduandos. La mesa de honor estuvo integrada por el ministro De Camps; el rector del IPL, P. José Victoriano S.J.; la gobernadora de San Cristóbal, Lic. Pura Casilla; la Dra. Rosa Esthela Kranwinkel Aquino, vicerrectora Académica y Pedagógica, y el el Lic. Pedro Hernández, director del Nivel Secundario. Entre los invitados especiales estaban: Julio César Tejeda, director de la Regional 04 de Educación; Gregorina Pujols, presidenta de la Asociación de Padres, Madres y Amigos de la Escuela, y Tania Gueden, de la Iniciativa Empresarial para la Educación Técnico Profesional (IEET).
El P. José Victoriano, S.J. ofreció unas palabras de bienvenida donde resaltó que el Instituto Politécnico cumplió 73 años en días recientes, manteniendo una fidelidad en la excelencia educativa. Además, comentó que cercano a los 75 años, la Institución ha decidido expandir su experiencia en otras regiones del país y pidió un fuerte aplauso para el ministro de Educación por la cercanía que siempre ha mantenido con Loyola.

El plato fuerte de la gala fue el discurso central a cargo del ministro Luis Miguel de Camps García-Mella, que afirmó que esta graduación es una celebración al talento del país. Les dijo a los estudiantes que en ellos vive la herencia de un pueblo que trabaja con las manos y sueña en todo lo que hace y le pone todo su corazón. Resaltó que la educación técnica no era solo aprender a servir, crear y transformar. Habló que desde el Ministerio de Educación se reafirma el compromiso por una enseñanza que promueva el bien común. En Loyola se comprueba que cuando el Estado, la Iglesia y la sociedad caminan juntos, se logran propósitos mayores como servir a la patria con competencia y pasión.
La muestra del fruto esperanzador de la educación en el país se evidenció en las caras de orgullo que arroparon a las familias que acompañaron a los 220 nuevos bachilleres técnicos. A decir del Lic. Pedro Hernández, estos jóvenes culminaron exitosamente un proceso formativo fundamentado en la pedagogía ignaciana, la educación por competencias y la educación técnica, en coherencia con el Plan Estratégico Institucional. El directivo agradeció a los sectores empresariales, industriales y sociales del país por seguir brindando oportunidades a esta nueva generación de técnicos. Ellos están preparados para contribuir con la productividad, la justicia social y el bienestar colectivo.

Como parte de la ceremonia, se efectuó el habitual juramento de los graduandos, la oración a San Ignacio de Loyola, el reconocimiento a los estudiantes meritorios y un momento para destacar al estudiante de mayor índice, Christian Manuel Miranda Ortiz de Sistemas de Telecomunicaciones, quien pronunció el discurso de agradecimiento, en el que tuvo a bien resaltar la experiencia de formación integral que Loyola ofrece a sus graduandos, la alegría de ser bendecidos por amigos encontrados en el paso por las aulas y la esperanza que acompaña a quien se sabe dotado de herramientas valiosas en la vida para enfrentar una carrera profesional. Habló de que hoy cerraban con broche de oro una etapa importante de sus vidas y abrían puertas de sueños de futuro. Dio gracias a Dios por darles las fuerzas y a los profesores que con paciencia supieron sembrarle la semilla del conocimiento y a las familias que con su amor hicieron posible este proceso que marcará sus vidas para siempre. Fue emotiva la referencia a sus padres como eslabón fundamental de sus éxitos.

Durante el acto fueron agasajados el docente Ramón Morillo Vega y la psicóloga Carolina Luis, por su destacada labor. El desfile de egresados puso fin a un acto cargado de emotividad, que sigue mostrando al IPL como un centro de referencia nacional a nivel educativo en el país.