Por Rosa Campusano
A su llegada como chofer al Instituto Politécnico Loyola en el año 2014, el profesor Ysmael Bremon encontró “otra familia”, muy diferente a la que acostumbraba tener, pero con un objetivo en común: “crecer en su vida profesional” en un ambiente familiar.
“Desde temprana edad siempre tuve pasión por la enseñanza y por compartir mis habilidades deportivas. En esta institución vi una oportunidad laboral y, a la vez, la posibilidad de continuar preparándome para cumplir mi sueño de ser docente de Educación Física”, expresó Bremon, quien creció en un entorno familiar dedicado a la enseñanza.
Desempeñando su posición como chofer, Ysmael buscó dar el magis, adaptándose a los cambios y movimientos del Departamento, siempre con el deseo y la intención de seguir adelante. Retomó sus estudios universitarios, que por razones personales había pospuesto, marcando el inicio de grandes cambios.
Terminó el ciclo de estudiante, tenía que hacer la pasantía y no pudo elegir otro lugar que su casa. Su desempeño fue tan bueno que los docentes que le guiaron en todo su proceso como pasante fueron los mismos que hicieron el rol de jueces al aplicar a la vacante de docente de Educación Física del Instituto Politécnico Loyola, ya lo demás es historia.
Una frase que acompaña al profesor es que “para ser grandes hay que ser humildes”, por lo que recomienda a la nueva generación de colaboradores “que perseveren hasta lograr su objetivo, sin olvidar la importancia de la humildad y los valores que nos hacen ser mejor persona”.
“Los inicios son difíciles, pero que con la ayuda de Dios y el acompañamiento de un gran equipo, o mejor dicho, de la familia Loyola, donde cada integrante a medida que pasa el tiempo va poniendo su granito de arena para encontrar satisfacción y convivir en la Institución, se pueden lograr grandes cosas”.
Además de sus compañeros de labor, el profesor cuenta con la bendición de tener cerca a sus hijos, quienes desde los cuatro años pertenecen a esta institución jesuita.
En sus 10 años dentro del IPL, lo más difícil que tuvo que superar fue cuando en plena pandemia su puesto laboral se vio amenazado por la reducción de personal, “pensaba que no encontraría otra familia como Loyola”, es que “en Loyola encontré otra familia, integrada por personas muy diferentes a las que conocía”.