Por Rosa Campusano
La profesora Yolanda no manejaba la tecnología a su capacidad, en sus más de 20 años en las aulas, de un momento a otro, su forma de impartir clases cambió y tuvo que pasar de la tiza y el borrador al teléfono y a la computadora. El caso de ella, no es exclusivo, tras la pandemia del Covid-19 la tecnología se ha convertido en una herramienta de comunicación esencial entre los docentes y alumnos. Lo que antes parecía imposible, hoy es una nueva realidad. Este Instituto Politécnico Loyola que alberga miles de estudiantes, en sus diferentes niveles, se ha adaptado a las modernas formas de educar a través de las diferentes herramientas digitales para estar a la vanguardia de las exigencias y desafíos de esta era.
“Debido a que la transformación tecnológica de la presente década se produce a una velocidad nunca antes vista, al menos que los educadores hagan consciencia de esta realidad, se prevén cada vez mayores conflictos y obstáculos en su rol de liderar los procesos formativos de sus alumnos, en momentos en que la inteligencia artificial y la proliferación de datos facilitan la formación autodidacta, pero al mismo tiempo la distorsión y la desinformación”, explica el comunicador y docente universitario Nicanor Leyba sobre esta nueva adaptación.
Reto que esta institución educativa asumió de manera significativa. Un ejemplo de esa virtualidad, son el Centro Mipymes y el Centro de Emprendimiento Loyola, desde los cuales cientos de personas se capacitan de manera semipresencial. “La pandemia no solo aceleró la transición a la educación en línea, sino que también evidenció la necesidad de mantener la continuidad de nuestras actividades de capacitación y soporte, independientemente de las circunstancias externas. Desde entonces, hemos desarrollado e implementado una variedad de programas y talleres en línea, asegurándonos de que nuestros servicios sean accesibles y eficaces para todos nuestros participantes”, dijo Yris Brito, quien dirige ambos centros.
Desde que inició esta virtualidad, a principios de 2020, más de 9,000 personas han sido capacitadas a través de los programas que ofrecen estos centros. En lo que va del año 2024, más de 1,500 personas se han capacitado. Estos números reflejan el impacto positivo y el alcance que se ha logrado gracias a la adopción de la educación a distancia, permitiendo que una mayor cantidad de emprendedores y pequeñas empresas accedan a recursos y conocimientos esenciales para su desarrollo y éxito.
La educación digital no se puede ver como una simple integración de dispositivos y herramientas digitales, sino como una transformación educativa para la mejora del aprendizaje.
Entre las ventajas que presenta la educación virtual, destacan la flexibilidad y la cercanía a pesar de la distancia física. “La educación a distancia me ayuda a continuar formándome desde la casa, mientras cuido de mis hijos y voy al trabajo en el día”, expresó Yesica Martínez quien realizó el taller de Marketing Digital desde el municipio de Yamasá en la provincia de Monte Plata a través del Centro Mipymes.
Para garantizar la calidad de estas capacitaciones los docentes se auxilian de herramientas digitales como Google Meet, hasta el momento la más utilizada. Además de, Edmodo, Moodle y Google Classroom para el envío de contenidos.
Ya adaptados a la era digital, la educación se enfrenta a un nuevo reto; el uso de la Inteligencia Artificial, la cual permite la creación de experiencias de aprendizaje adaptativas, que se ajustan a las necesidades individuales de los estudiantes. Desde el año 2023 los docentes del Instituto Especializado de Estudios Superiores (IEESL) se han embarcado en este nuevo aprendizaje.
“Las IA son herramientas que han acercado a los estudiantes a la tecnología y que apoyan una apropiación del conocimiento acorde a los signos de los tiempos. Nos ha dado un acercamiento ético al siglo XXI y ha permitido consolidar lo que representa ingenio que es la cohesión entre las humanidades y la tecnología como un solo cuerpo académico”, expresó Julio Pernús, docente del IEESL, quien también resaltó el gran desafío que presentan los docentes con los estudiantes con el uso de las IA, y es que “ellos las utilicen con criterio que no sea simplemente copiar y pegar”.
El comunicador Nicanor Leyba, coincide con el docente Julio Pernús y agrega que entre los principales retos que presenta esta revolución digital está garantizar la autenticidad y transparencia en materia de organización, recopilación y presentación de datos, así como a la ética en la atribución de las fuentes de referencia. “Teniendo en cuenta que ya, antes del surgimiento de ChatGPT y otras IA generativas, se presentaban serios problemas en las academias con el plagio y el manejo de las consultas. El otro peligro radica en la omisión de los procedimientos analíticos y reflexivos, con la consecuente reducción de la capacidad crítica del alumno”, agregó Leyba.
En su “Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial”, la Unesco plantea que los datos facilitados para adquirir conocimientos, recopilados durante las interacciones del educando con el sistema de IA, no deben ser objeto de uso indebido, apropiación indebida o explotación delictiva, incluidos los fines comerciales.
La perspectiva de la comunicación de cara a la tecnología en estos momentos es de significativos desafíos multifactoriales, según explica Leyba, “ya no solo se trata la dañina distracción de las noticias falsas y otras prácticas desinformativas, a las que debe hacer frente la comunicación profesional, sino que al mismo tiempo se debe librar la batalla para descifrar y mantenerse actualizado frente a los nuevos códigos por los que se conectan las audiencias”.
“Los programas de educación y los procesos de aprendizaje de cara a la transformación digital abren una doble agenda, compuesta en un primer momento por el uso de los recursos y las vías apropiadas para conectar con el alumnado y sus códigos de comunicación, último aspecto este que siempre ha sido trascendente en términos de diferencias generacionales, y, ya en una mirada de largo plazo, por el estímulo al desarrollo de competencias y herramientas que preparen al futuro profesional para desenvolverse en un entorno digital cada vez más profundo y acelerado”, concluyó Nicanor.
El futuro de la educación en la era digital, desde un enfoque de comunicación, se vislumbra transformador y lleno de oportunidades, siempre y cuando los nuevos docentes se adapten y adquieran las competencias de lugar.