Por Julio Pernús, prensa IPL
El Camino a la Felicidad, Veinte veces Luna es poesía, La paz del estudiante, son algunos de los títulos que tomaron vida en esta nueva edición de Loyola Escribe, bajo el eslogan: “Siento y escribo". Las palabras asisten en los momentos de profundidad del ser humano para darle un sentido bello, incluso a la muerte y al miedo. El Instituto Politécnico Loyola (IPL), basado en la pedagogía ignaciana, devuelve a la sociedad dominicana generaciones estudiantiles que dominan la integralidad y se mueven de las ciencias a las humanidades como los pies en los pedales de la bicicleta.
La propuesta de escribir un libro para los estudiantes de último año de secundaria nació en el IPL en el año 1994, y este año 2024 contó con 156 nuevos exponentes en su edición número XXIX. El proceso escritural inicia con la lectura de obras literarias en los primeros cursos de educación secundaria y con la producción de textos diversos. El alumno realiza actividades académicas que despiertan su imaginación y creatividad como, por ejemplo: cambiar el final de un cuento, trabajar con el ambiente, los personajes, enjuiciar la actuación de los estos a través de cartas, redactar un texto parecido y adentrarse en la dramatización.
Los estudiantes de quinto de secundaria inician el proceso de la obra final del género de su preferencia con la orientación de los docentes del área y en sexto de secundaria se culmina con la entrega de la producción en formato de obra literaria. La coordinadora de Lengua Española, Xiomara Vega, cuenta que “el objetivo es estimular el interés, la creatividad y el placer por la lectura y la escritura desde tempranas edades, así como valorar la literatura a través de la redacción. El estudiante, con este ejercicio, logra producir piezas literarias de diferentes géneros y enriquecer la competencia comunicativa a través del discurso oral, mostrando claridad y seguridad en diversos escenarios”.
El discurso central de Loyola Escribe 2024 estuvo a cargo de Belkis M. Marte, mujer sancristobalense destacada como ensayista, narradora, poeta, dramaturga, filántropa y, sobre todo, escritora de literatura infantil y juvenil, incluyendo cuentos biográficos o memorias. En el presente año acaba de ser galardonada con el 2do lugar del premio de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) en el género cuento por su obra titulada Escribo. Durante su alocución les dijo a los estudiantes: “Vayan, enreden todo con su lápiz. ¡A seguir creando!”.
Camil Núñez, una de las protagonistas estudiantiles, afirmó que la creación de sus obras estuvo signada por plasmar en ellas muchos de sus sentimientos, “escribir es un proceso muy interno y sicológico, una forma de expresarse compartiendo lo que tenemos en el corazón”, expresó. Por su parte, Carlos Manuel Tejeda, otro de los autores de la noche afirmó que “en la tradición espiritual de un pueblo, algo como la escritura simplemente no puede dejar de existir”.
El rector del IPL, P. José Victoriano, S.J., durante la presentación compartió un corto donde afirmaba: “la literatura contemporánea latinoamericana se teje con los hilos de las emociones humanas, entrelazando la realidad con la fantasía, la alegría con la tristeza y la esperanzan con la desesperación. En esta rica tradición, los sentimientos no solo son el combustible de la escritura, sino la esencia misma que impulsa la pluma del escritor y la escritora”.
Trabajo en equipo, responsabilidad, respeto, creatividad, honestidad y originalidad, son valores en los que navegan cada una de las obras presentadas y sus redactores. El lema “Siento y escribo” conecta con el magis ignaciano, que habla de intentar buscar la mayor voluntad de Dios en todas las acciones de la vida. Los jóvenes escritores deben comprender que la literatura no se trata solo de narrar eventos, sino de mostrarlos con toda su complejidad. Como bien dijo el P. Victoriano: “al abrazar las emociones como alidadas creativas, los escritores pueden dar vida a historias que resuenan en los corazones de sus lectoras y lectores, trascendiendo las barreras del tiempo y el espacio para dejar una marca indeleble en el alma humana”.