Por: Rosa Campusano
Insistencia, persistencia y resistencia son tres cualidades que definen a Favio José Adames Medina, quien ha pasado 32 años de su vida siendo parte de la familia Loyola, la única institución en la que ha trabajado y de la cual no tiene planes de alejarse.
Y es que “queda a una esquina de mi casa, mi esposa trabaja aquí también y además el trato con mis compañeros y todos los supervisores que he tenido me ha hecho sentir parte de esta institución”, reconoce Favio con esa humildad y sencillez que le caracteriza, mientras cuenta cómo llegó al IPL en el año 1991, con tan solo 25 años.
Su primer contrato en la Institución fue como encargado de herramientas en el Taller Diésel, tras su buen desempeño fue promovido al área de Registro como encargado de reproducción y materiales, donde permaneció 13 años, el puesto donde más tiempo ha estado; luego fue movido al área de Planta Física, allí duró cuatro años, de ahí pasó al Centro de Copiado, por tres años. En Planta Física requirieron de él nuevamente y regresó por tres años más y los últimos ocho años en la institución los ha pasado como encargado de almacén.
“Todo lo que sé de mi vida profesional lo he aprendido de Loyola. Cuando entré era un adolescente, solo bachiller, y tras la motivación de mis superiores fui a la universidad y me gradué de Psicólogo Industrial”, agregó Adames, recordando el “consejo” de su supervisor, en ese entonces, que le dijo “si no te preparas te voy a despedir”, esa frase, que no era cierta como tal, fue el impulso que necesitó para obtener el título del nivel superior.
Tras la pregunta de cómo ha podido coordinar su vida familiar con el ámbito laboral, dice que todo ha sido muy bien guiado. Cuando empezó a trabajar tenía solo un año de casado, sus hijos nacieron mientras era empleado y su esposa tiene 20 años como colaboradora.
“Loyola para mí ha sido el único trabajo que he tenido, donde me han tratado bien, he recibido buen trato de mis compañeros y supervisores. No me puedo quejar”, explica Favio José. Con su vasta experiencia, a las nuevas generaciones de colaboradores les recomienda “hacer las cosas bien”.