Como su casa, el lugar que le acogió y que le ha dado la oportunidad de crecer y superar sus miedos, así define la profesora Yolanda Cristina Dionicio Ruiz, de Lengua Española, al Instituto Politécnico Loyola, donde ha pasado los últimos 27 años de su vida.
¿Cómo llega al IPL?
A través de una amiga, Eloyda Álvarez, que trabajaba en la Institución. Se presentó una oportunidad en el área de Lengua Española y me motivó. Después de tomar diferentes evaluaciones pasé a formar parte del personal docente.
¿En qué fecha llega al IPL?
El 20 de agosto de 1996.
¿Cómo nace su amor por la enseñanza?
No recuerdo un hecho específico, pero por motivación de algunos familiares decidí estudiar Educación en la escuela Normal “Américo Lugo” que estaba ubicada aquí en San Cristóbal. Inicié la labor docente y me enamoré de la carrera.
¿Definiría en una frase el significado de la Lengua Española para usted?
Tiene un significado especial, ya que es una de las lenguas más habladas y contribuye con el buen dominio de la comunicación oral y escrita que es clave para el éxito, tanto a nivel personal como laboral.
¿Siempre ha estado en el mismo puesto? De no ser así, ¿podría narrar su vida en Loyola hasta llegar a la posición que ocupa?
Inicié como docente, después pasé a coordinar el área de Lengua Española y actualmente me desempeño como profesora del Bachillerato Técnico y del IEESL.
¿Qué significa Loyola en su vida?
Mi alma máter. Mi casa. El lugar que me acogió y me ha dado la oportunidad de crecer y de superar mis debilidades.
¿Qué es lo más difícil que ha tenido que superar en la Institución?
Mis inicios fueron difíciles ya que venía de trabajar en una zona rural y al enfrentarme a un grupo de estudiantes con otro nivel me sentía desorientada y confundida. Me costó esfuerzo y colaboración de los compañeros, especialmente de Eloyda. Inicié una jornada de acompañamiento y preparación y pronto superé esa debilidad.
¿Ha llorado?
No te puedo negar que el desaliento y la tristeza me invadieron, pero gracias a Dios salí airosa de esa situación.
¿Cómo ha sobrellevado su papel de madre, esposa y maestra a tiempo completo en la Institución?
Es un poco difícil, pero con la ayuda de Dios y la buena administración del tiempo todo se puede lograr.
¿Cómo califica su experiencia laboral en Loyola?
Excelente. Mi crecimiento profesional y personal es gracia al Politécnico Loyola. Aquí se crece en todos los aspectos. Ha sido satisfactorio ver el progreso de un sinnúmero de egresados dispersados en toda la geografía nacional y fuera del país. El trabajo intenso del área de Lengua Española en el análisis y redacción de obras literarias, el cuidado de la ortografía, la caligrafía y la expresión oral ha dado buenos resultados.
Algunos de sus hijos estudian o estudiaron en el IPL, ¿puede comentarnos al respecto?
Tengo tres hijos. Dos de ellos estudiaron aquí, el pequeño solo hasta el nivel primario y el segundo hasta el nivel superior, es egresado de la carrera de Ingeniería Eléctrica.
¿Alguna situación que recordar en la Institución y que le sirvió de experiencia para seguir creciendo?
La situación narrada anteriormente fue el hecho más significativo y que me impulsó a seguir capacitándome y tratar siempre de realizar un trabajo de calidad. Agradezco el acto de comprensión del rector de ese entonces, el padre Somoza, que ordenó que me dieran la oportunidad, ya que era una docente nueva. De ahí nace mi interés de orientar a los docentes nuevos.
¿Algún consejo para la nueva generación de docentes del IPL?
Que trabajen con entusiasmo y en equipo, con amor y entrega; siempre buscando transformar vidas a través de la docencia. Que al culminar nuestra labor docente dejemos un buen legado y que al pronunciar nuestros nombres seamos recordados como un maestro que contribuyó con el crecimiento profesional y personal del estudiante.
¿Algo más que agregar?
Estoy muy agradecida del apoyo recibido por la Institución en diferentes situaciones de mi vida, como la pérdida de familiares muy cercanos, apoyo económico y facilidades de horario para continuar con los estudios superiores; además mi sincero agradecimiento por darme la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos a través de la docencia en diferentes niveles, diplomados y talleres.