Durante el año 2019 el Observatorio Sismológico Politécnico Loyola (OSPL) registró un total de 2,026 temblores, distribuidos en la isla La Española y sus alrededores. Esta cifra supone la mayor cantidad de eventos sísmicos registrada por el Observatorio Sismológico desde sus inicios, a finales del año 2012, y representa un aumento de la sismicidad de un 13.5% respecto al año 2018 (1,753 temblores registrados).
Sin embargo, es importante destacar que una cantidad significativa de estos sismos son réplicas de temblores de magnitudes moderadas (mayores a 4.5 en la escala de Richter) que sacudieron algunas regiones donde existen estructuras geológicas activas las cuales se muestran a continuación:
- Alrededores de Falla Enriquillo-Plantain Garden en Haití: En la imagen adjunta se muestra con más detalle la distribución de esta sismicidad, altamente relacionada con varios sistemas de fallas que confluyen en los alrededores de Puerto Príncipe y a lo largo de la península del Sur de Haití.
- Sierra de Neyba: Esta sismicidad es frecuente en la Sierra de Neyba y se muestra sombreada en la imagen adjunta se relaciona con la Falla Sierra de Neyba-Chaine des Matheaux y un posible sistema de fallas ciegas pertenecientes a la misma falla, la cual es de tipo inverso con vergencia al NNE.
- Sierra de Bahoruco: Por igual, sismicidad muy frecuente debajo de la Sierra de Bahoruco asociada al empuje de la Dorsal de Beata sobre el centro de nuestra isla y que marca su límite septentrional con la Falla de Bahoruco.
- Norte de Bani-Ocoa: Sismicidad poco profunda (sombreado en naranja en imagen adjunta) probablemente atribuida al cabalgamiento del Sistema de Fallas San Juan-Los Pozos sobre el valle de Azua. Esta falla, entendemos, es la proyección del Cinturón deformado de Los Muertos dentro de la isla que se extiende al NW de Haití bordeando la Cordillera Central y el Massif du Nord con el valle de San Juan y su equivalente en el lado haitiano.
- Cordillera Septentrional: Posiblemente la sismicidad más preocupante para la región norte de la isla, asociada, a nuestro entender, con la subducción de la placa Norteamericana por debajo de la Caribeña e interceptada por la Falla Septentrional que se encuentra aprisionada por la compresión de esta subducción y el empuje de la Dorsal de Beata.
Además, se puede observar alguna sismicidad asociada posiblemente a la Falla Río Grande y al igual que la Sierra de Bahoruco y la Sierra de Neyba, sismicidad dispersa perteneciente a un sistema de fallas secundarias ciegas debajo de la Cordillera. En la imagen adjunta se muestra en sombreado naranja esta sismicidad.
- Sur de Guánica y Guayanilla, Puerto Rico. Esta secuencia se inició a partir del 25 de diciembre y hasta el momento ha generado más de mil temblores, incluyendo el evento principal que alcanzó 6.5 grados (OSPL), (6.4 USGS) varias decenas de réplicas por encima de 4.0, según los registros del OSPL.
Sismicidad atribuida, a nuestro entender, a la rotura de una falla de segunda categoría (Falla Punta Montalva) que fue el detonante del sistema de fallas del Cinturón deformado de Los Muertos en esa región que, desde que EL OSPL inició los primeros registros (2013) tenía muy poca actividad sísmica. Esta sismicidad estuvo en un principio a profundidades de 18 a 24 km, distinto de la mostrada por el USGS en su Portal (6-10km).
- Cañón de la Mona. Esta actividad sísmica tuvo su inicio la noche del 23 de septiembre luego que un temblor de magnitud 6.1 sacudiera la zona y se mantuvo hasta el 25 de diciembre cuando se inició la secuencia repentina de temblores al sur de Guánica y Guayanilla en el mar Caribe al sur de Puerto Rico. Se interpreta esta sismicidad como resultado de la rotura del sistema de fallas que conforma el margen oriental del Cañón de La Mona, estructura geológica tipo "Rift" o falla de extensión que separa nuestra isla de la de Puerto Rico. Esta sismicidad suele ser frecuente en esta región.
- Noroeste del Canal de la Mona (Mona Block) tuvo lugar desde el 30 de enero hasta el 10 de febrero y se localizaron varios eventos que alcanzaron más de 4.0 grados en magnitud. Sismicidad atribuida a la intersección del extremo austral de la Falla Septentrional con el margen occidental del Cañón de La Mona.
Después de realizar los análisis estadísticos de lugar, se concluye que de los 2,026 temblores registrados durante el año 2019, el 77.8% corresponde a eventos que ocurrieron a menos de 33km profundidad, el 9.1% ocurrió entre 33 y 70km, el 11.6% entre 70 y 150km, mientras que sólo el 1.5% alcanzó profundidades mayores a los 150km.