Una aventura se convirtió en un proyecto serio donde esfuerzo y disciplina se combinaron para salir adelante. Un grupo de estudiantes de un colegio de San Cristóbal decidió tomar los reforzamientos del Instituto Politécnico Loyola, pero uno de ellos se había unido por mera curiosidad ya que entre sus prioridades no estaba ingresar a la institución jesuita. Tomó la prueba y fue admitido, el resto no aprobó. Yeudy Peña Lugo nos narró un pedacito de su historia en el programa Huellas.
Cuenta que el Politécnico Loyola le pareció una estructura muy grande, pero estaba decidido a estudiar en la nueva escuela. Explica que al principio fue un reto difícil, con personas que no había visto jamás. Alexis Mejía y Lorna Peralta se convirtieron en sus primeros compañeros. También Leydi, Luis Ledesma, Betty Antonella, Loribel, José Ramón y Abel figuraron entre los estudiantes de diferentes provincias con los que entablaría una amistad, aunque al principio se aferraba a los amigos de su antigua escuela. Recuerda que su maestra Xiomara Vega le motivó a escribir, tarea que le encantaba, pero admite que tuvo que esforzarse mucho pues se enfrentaba a un nuevo sistema, particularmente porque debía pasarse muchas horas en el centro de estudios.
La asignatura de Educación Artística le supuso mucho esfuerzo por la manera tan particular como se impartía, sin embarago, después de varios escollos la aprobó. Muchas anécdotas llegaron a su mente, como aquel día del examen final de la materia de Circuito en que le tocó presentar el proyecto definitivo en la casa del profesor por no haberlo tenido listo en el horario de clases, el maestro les recibió, pero para su sorpresa, no quería funcionar. Luego de sudor y hasta lágrimas, el proyecto fue aprobado.
Entre las experiencias más importantes que se llevó de IPL fue el sentimiento de humanidad que aprendió con el contacto permanente entre compañeros cuyas dificultades eran mayores que las de él, jóvenes que no se rindieron y lograron graduarse poniendo en práctica el trabajo en equipo, esencial para avanzar en el Instituto Politécnico Loyola y en el mundo de las organizaciones, asegura Yeudy Peña Lugo, quien sigue en contacto con sus amigos de la época estudiantil.