Durante el pasado mes de mayo 2019 el Observatorio Sismológico del Instituto Politécnico Loyola registró un total de 137 temblores distribuidos por toda la isla y sus alrededores. De éstos, el 71.5% ocurrió a profundidades menores a los 33km, el 9.5% contó con profundidades entre 33 y 70km, el 16.8% se localizó entre los 70 y 150km, mientras que sólo el 2.2% superó los 150km en profundidad.
A continuación se adjunta un mapa que muestra la localización de estos temblores y los clasifica en colores de acuerdo a su profundidad. En este mapa destaca la ocurrencia de varios enjambres de temblores alrededor de toda la isla. En especial son notables los enjambres de pequeños temblores alrededor de la falla Septentrional tanto en su ramal Sur como al Norte. Las magnitudes de estos temblores varían entre 1.7Ml y 3.2Ml, y todos ocurren a poca profundidad.
En este mes, es de destacar la ocurrencia de un fuerte temblor que se hizo sentir en varios pueblos del Cibao sin daños reportados. El mismo tuvo lugar el sábado 25 a las 11:51 de la noche y alcanzó una magnitud de 3.8Ml con epicentro 6 kilómetros al Noreste de José Contreras en la provincia Hermanas Mirabal. El hipocentro fue localizado a unos 9.7 km y de acuerdo a nuestros cálculos de mecanismo focal con el programa FOCMEC, se trató de una falla inversa buzando 50 grados al Noreste, Atribuido presumiblemente a la Falla Rio Grande.
De la misma manera y como hemos estado reportando en artículos anteriores, siguen repitiéndose los mismos patrones de sismicidad en las diferentes zonas con alta amenaza sísmica. Vemos en la Sierra de Bahoruco una sismicidad abundante y muy superficial, al igual que en la Sierra de Neyba, ambas zonas con micro-sismicidad que en pocas ocasiones llega a alcanzar los 3.0 Ml.
Por otro lado, la Bahía de Ocoa presenta baja sismicidad, pero con temblores corticales que llegan alcanzar hasta 3.5Ml. Sin embargo, la Zona Este del país es más activa con temblores entre los 70 y 150km de profundidad y llegando alcanzar magnitudes entre los 3.0 y 4.5 Ml.