Por Rosa Campusano
Egresada del Técnico en Electrónica y Comunicaciones del año 2013, Maylin Dionicio Montás ingresó al Instituto Politécnico Loyola (IPL) motivada por sus padres, que confiaron a esta institución la educación de su única hija, quien reconoce que la formación recibida la ha preparado para la vida.
“Mis padres se sintieron atraídos por el prestigio de Loyola y por el de los estudiantes de esta institución que se destacaban en la sociedad, no solo por su inteligencia, también por su comportamiento basado en el respeto, la solidaridad y la disciplina”, expresó Maylin quien define al Politécnico como una familia.
Una familia que lo prepara a uno para la vida "a través de las asignaciones, compromisos y relaciones interpersonales que te forman para ser un ente social valioso, comprometido y consciente con la sociedad, personas capaces de asumir responsabilidades, creativas, innovadoras, aptas para identificar problemáticas, pero también para aportar soluciones”.
Actualmente Maylin se desempeña como Especialista en Arquitectura y Gestión de Imagen, y en medio de las dificultades que encuentra en su vida profesional y personal recuerda lo aprendido en la Institución: “tener un plan no garantiza que todo vaya a salir como lo planificaste, hay que estar preparado para un plan B, un C o hasta un Z, pero lo más importante es buscar una solución y saber que en equipo se obtienen mejores resultados que trabajando de modo individual”.
“Loyola me dio la oportunidad de conocerme en mis mejores momentos y en los no tan agradables. Parte de mi carácter de no rendirme al primer fracaso lo desarrollé en mis años de estudio, por supuesto, después de derramar muchas lágrimas y pensar en muchas ocasiones que no daba para más”, agregó.
Aunque ha pasado una década desde su salida del IPL, Maylin no olvida a sus amigos con quienes creó una relación que ha perdurado en el tiempo: “Lissette, Pedro, Natalia, Lizbeth, Melvin y yo pasamos muchas malas noches creando proyectos, preparando presentaciones y estudiando. Compartimos vivencias divertidas mientras teníamos que trasladarnos a Santo Domingo a comprar materiales de electrónica y cada uno descubrió grandes fortalezas en los otros”.
El mayor aprendizaje de Dionicio en Loyola fue aprender a ser "una persona analítica, que investiga, y ante cualquier situación intenta encontrar el por qué; mi maestra de Historia, Magaly; Wendy, de Naturaleza de las Cosas, y los profesores de la carrera de Electrónica, jugaron un rol importante en esto”.